Colegio San José Barranquilla

NOTICIAS

God´s Lemonade, made with love

Los  niños y niñas de la sección de Preescolar,  en compañía de sus papitos y profesoras han estado desarrollando proyectos de emprendimiento, en el cual cada curso debe escoger un producto para ser vendido en el Colegio, con el fin de promover en ellos el trabajo en equipo, la colaboración, la solidaridad y el significado y uso del dinero, entre otros valores. El primer curso en iniciar su proyecto fue Kinder 5D, entre los padres de familia y los niños escogieron la limonada como el producto de su empresa, la cual llamaron God´s Lemonade, made with love. En los edificios de Preescolar, Primaria y Bachillerato ubicaron los puntos de venta e invitaron a estudiantes, profesores y personal administrativo a que adquirieran un vaso de la refrescante y deliciosa limonada por $500. La venta fue exitosa, tanto niños y niñas como padres y profesores se pudieron integrar para sacar adelante el proyecto. Con el dinero recaudado, el grupo de Kinder 5D escogió comprar sets infantiles de limpieza -escoba, trapero, pala y balde- para que los niños jueguen y se diviertan en el Preescolar. Disfruten las fotos de nuestros estudiantes durante la actividad

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El Mensaje del Domingo – 28 de octubre

Domingo XXX del Tiempo Ordinario Ciclo B – Octubre 28 de 2012 Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J.                           Al salir Jesús de Jericó, acompañado por sus discípulos y una gran multitud, encontró a Bartimeo -el hijo de Timeo- un mendigo ciego que estaba sentado junto al camino. Él, al oír que era Jesús de Nazaret, empezó a gritar: “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”. Muchos lo reprendían y le decían que se callara. Pero él gritaba mucho más todavía: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”. Jesús se detuvo y mandó llamar al ciego.  Entonces lo llamaron y le dijeron: “¡Ten confianza! ¡Levántate, que te llama!”. Él tiró su capa, de un salto se puso en pie y fue adonde estaba Jesús, el cual le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El ciego le contestó: “Maestro, ¡que recobre la vista!”.  Jesús le dijo: “vete, tu fe te ha dado la salud”. Y en seguida recobró la vista,  y  fue  siguiendo  a  Jesús  por  el camino (Marcos 10, 46-52).  1.- “¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!”  El invidente de este relato tiene nombre propio: Bartimeo, el hijo de Timeo (en arameo, Bar significa hijo de). Es un mendigo sentado a la salida  de Jericó, por donde hay que pasar para ir de Galilea a Jerusalén. Y el título con el que se dirige Bartimeo a Jesús al llamarlo Hijo de David -con el cual sería aclamado por la multitud al entrar poco después en la capital de Judea-, tiene un significado especial. En efecto, uno de los signos de la salvación que realizaría el Mesías prometido anunciado por los profetas del Antiguo Testamento como descendiente del rey David, era el de hacer ver a los ciegos. Por eso en varias profecías, como la que nos presenta la primera lectura de hoy (Jeremías. 31, 7-9), ellos se cuentan entre los beneficiarios de la acción salvadora de Dios, junto con las demás personas que tenían algún impedimento para emprender el camino hacia Jerusalén después de la liberación del destierro en Babilonia, cantada por el Salmo responsorial de la misa de este domingo [126 (125)].  Ahora bien, en su significado más profundo, los ciegos a los que se refieren las profecías somos todas las personas que necesitamos que Dios nos ilumine liberándonos de la oscuridad de la ignorancia espiritual, para que podamos reconocer el camino que nos lleva a la verdadera felicidad. Por eso también nosotros podemos suplicar, como el ciego Bartimeo: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!  2.- “¡Ten confianza! ¡Levántate, que te llama!”…  Ante la súplica del ciego, el relato nos muestra dos reacciones sucesivas de la gente que va con Jesús –sus discípulos y una gran multitud-. La primera es de molestia ante los gritos del mendigo: Muchos lo reprendían y le decían que se callara. La segunda, producida por Jesús mismo al mostrar su compasión por aquel hombre, es de solidaridad: ¡Ten confianza! ¡Levántate, que te llama! Así, Jesús se manifiesta como quien puede compadecerse de los ignorantes y los extraviados, tal como nos lo presenta la segunda lectura de hoy (Hebreos. 5, 1-6).  Por una parte, el Evangelio nos invita a preguntarnos si estamos dispuestos a reconocer y ayudar a los verdaderamente necesitados en sus necesidades, no dándoles una limosna que los deja postrados en lugar de animarlos a levantarse, sino cooperando para que reciban una ayuda efectiva en el sentido del proverbio chino: “si tu hermano te pide pescado, no te limites a dárselo, enséñale a pescar”. Y por otra, en coherencia con el sentido más profundo del relato, podemos tomar como hecha a cada uno de nosotros la invitación que animó al ciego a tener confianza y levantarse. Jesús nos llama para realizar en nosotros maravillas que son posibles si tenemos fe en su poder, y parte de esta fe es levantarnos y desprendernos de lo que nos estorba para acercarnos a Él, como lo hizo Bartimeo cuando tiró su capa. Entonces podemos oír que Jesús nos dice: ¿Qué quieres que haga por ti? Y nosotros, reconociéndolo como el Maestro que nos hace posible ver el camino hacia la felicidad, podemos pedirle la recuperación de nuestro sentido de la vista espiritual, oscurecido por las tinieblas de nuestro egoísmo y nuestros afectos desordenados. 3.-  Y en seguida recobró la vista y fue siguiendo a Jesús por el camino Un detalle significativo: Jesús, al devolverle la vista, le dice a Bartimeo: vete, tu fe te ha dado la salud. Por una parte, ese “vete” no significa una despedida, sino una invitación, como quien dice: “anda, no sigas ahí postrado, ya puedes emprender el camino”. Y Bartimeo emprende con Jesús el camino hacia Jerusalén, signo de nuestro camino hacia la felicidad eterna, que tendrá que pasar por la cruz para culminar en la resurrección. Y por otra, una vez más como muchas otras en los Evangelios, el propio Jesús enfatiza la importancia decisiva de la fe para obtener la sanación que necesitamos. Jesús está siempre dispuesto, si nos reconocemos necesitados de salvación, a liberarnos de la ceguera espiritual que nos impide reconocer y emprender el camino hacia la verdadera felicidad. Y esto último es lo más importante, lo que en definitiva cuenta en la perspectiva de la eternidad.  Dispongámonos con fe a ser curados por Jesús de nuestra ceguera espiritual y a seguirlo como nuestro Maestro por el camino que Él nos muestra al abrirnos los ojos para reconocerlo en nuestra existencia y en cada uno de los acontecimientos de nuestra vida, especialmente en los momentos de crisis y oscuridad. Conclusión: El “Año de la Fe” El pasado 11 de octubre el Papa Benedicto XVI, con una Eucaristía celebrada en la Plaza de San Pedro para celebrar los 50 años de la convocación del Concilio Ecuménico Vaticano II por su antecesor el beato Juan XXIII, y los 20 del Catecismo de la Iglesia Católica publicado por su predecesor Juan Pablo II,

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Curso Taller LIFOLI

Desde el área de Pastoral queremos compartir con toda la familia San José la realización del IX CURSO TALLER LIFOLI -Líderes formando lideres-, el cual se llevó a cabo en la Casa de Encuentros Santa María del Mar del 4 al 7 de octubre y en el que participaron 27 estudiantes de 7° y 8°. Queremos agradecer y felicitar muy especialmente a los acompañantes de la experiencia Juan Pablo Rodríguez y Adreina Pedroso y a todo el equipo de asesores, María Alejandra Gálvez, Mariana Mesa, Karen Maldonado, Alejandro Castro, Andrés Londoño, Wenceslao Herrera, Laura Rosero, Stephanie Van Strahalen, quienes pusieron todo su empeño para el éxtio de este Curso taller. Confiamos en que experiencias como estas sigan aportando a la formación de nuestros jóvenes como buenos líderes Cristianos al estilo de San Ignacio de Loyola.

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Nueva misión del P.Oscar Maya SJ en la Compañía de Jesús y anuncio del nuevo Director Académico del Colegio

Por decisión del P. Francisco de Roux, S.J.,Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, el P. Oscar David Maya, S.J., quien venía desempeñándose desde agosto de 2011 como Vicerrector y desde mayo de 2012 como Director Académico del Colegio San José de Barranquilla, tendrá una nueva misión en la Compañía. A partir de noviembre del presente año, el P. Oscar se radicará en la ciudad de Bogotá y asumirá su nuevo cargo como Director de la Fundación Amar y Servir, obra social de la Compañía, de cubrimiento nacional y con sede central en la capital del país. Como nuevo Director Académico del Colegio, ha sido nombrado el P. Carlos Alberto Cardona, S.J., quien, después de ser profesor de Filosofía en esta Institución, hizo su carrera de Teología en Londres y obtuvo una Maestría en Educación. El P. Carlos Alberto llegará a Barranquilla el próximo 22 de octubre para efectuar el empalme correspondiente y asumir su cargo. Como institución educativa queremos expresarle nuestra gratitud y reconocimiento al P. Oscar por el trabajo que realizó en el Colegio y los logros obtenidos en el desempeño de su gestión, y desearle todas las bendiciones y gracia del Señor en el cumplimiento de la nueva misión que le ha asignado la Compañía de Jesús. Asimismo, darle la bienvenida al P. Carlos Alberto con el ofrecimiento de nuestras oraciones por el éxito de la labor que próximamente iniciará en esta Institución.

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P. Oscar Maya, personaje “chévere” de Pastoral

  El personaje chévere de esta semana es el P. Oscar David Maya: Chévere por abrirnos espacios dentro del horario académico para las actividades de pastoral. Chévere por adecuar bellamente la Casa Santa María del Mar para los ECC, Curso Talleres, E.E. y todas las actividades del Colegio. Chévere por instalar tan hermosos sagrarios en el oratorio de primaria y en la Capilla Nuestra Señora del Camino. Chévere por estar disponible a compartir su fe en las celebraciones eucarísticas, conversaciones personales y charlas comunitarias. Querido P. Oscar gracias por tu apoyo al Área de Pastoral que Dios te guarde y bendiga tu vida como Jesuita.  

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Bienaventurados los que trabajan por la paz (Mt. 5,9)

Dios se nos revela en los acontecimientos de la historia. Captamos esta revelación cuando en el silencio del corazón auscultamos las cosas que ocurren para encontrar la Palabra que toca nuestra conciencia personal y colectiva. Dios nos hace sentir su voluntad. Vivimos uno de esos momentos en que Dios acontece de manera elocuente. Este mes se dará inicio en la Ciudad de Oslo (Noruega) a la primera etapa de los Diálogos de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC. El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia nos explicita el acontecimiento: • “La Iglesia Católica ha recibido con gran esperanza esta iniciativa de paz que pretende, con la ayuda de Dios, poner fin al violento conflicto que durante tantos años ha desangrado a nuestra amada Patria”. • “No desconocemos las incertidumbres que este proceso ha despertado en algunos sectores de nuestra sociedad. Sin embargo, la Iglesia Católica, más allá de cualquier consideración política, está firmemente convencida de que el diálogo es el único camino posible para obtener la paz y la reconciliación que todos los colombianos anhelamos.” • “No obstante la dificultades que puedan presentarse en la mesa de negociaciones o fuera de ella, tenemos que apoyar las complejas gestiones de este proceso. No podemos permanecer atrincherados en la lógica de la guerra por temor al fracaso. Podemos y debemos derrotar, unidos, la desesperanza y el escepticismo”. (Mensaje del Presidente la Conferencia Episcopal). La Iglesia nos invita a la oración y a hacer propia la causa de la paz. Para nosotros, que tenemos como elemento fundante de la Compañía de Jesús la tarea de la reconciliación entre los que se consideran enemigos (“Y también manifiéstese preparado para reconciliar a los desavenidos…” Fórmula de Julio III), esta es una oportunidad extraordinaria de contribuir a la superación de la guerra entre los colombianos. En muchos de los procesos de paz de los últimos tiempos, en otras naciones del mundo, cuando llegó el tiempo oportuno, hubo jesuitas y compañeros apostólicos que de manera discreta y eficaz, sin que aparecieran sus nombres, asumiendo riesgos y dejando de lado otras agendas, se entregaron con determinación, paciencia y audacia a la causa de la paz, para no dejar pasar el momento que aparecía crucial en la terminación del conflicto. Filipinas, Sri Lanka, las guerras africanas, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, son solo algunos de estos casos. Ahora la tarea es nuestra. Al lado de la oración a la que nos invita Monseñor Rubén Salazar, nosotros debemos dar un aporte claro a la contribución de la paz desde el lugar de cada uno. En las regiones, en los colegios y la universidad, en las parroquias y los centros sociales, en el CIRE y el SJR, en los medios de comunicación, en la predicación, en el acompañamiento personal. Es el momento de hacer valer la autoridad moral y la credibilidad personal y colectiva de los jesuitas y de todos los que comparten con nosotros esta manera de vivir el Evangelio, para mantener la convocatoria hacia la paz, para animar a los que pierden la esperanza, para hacer comprensible las dificultades del camino a los escépticos. Esta voluntad explícita de apoyar en privado y en público las conversaciones entre las partes se hace necesaria, porque inevitablemente van a ocurrir hechos en contra del proceso, sea por acciones de guerra pues se negocia en medio del conflicto, sea por intereses que son partidarios de la solución armada, sea por fallas humanas al interior de los negociadores. No nos mueve ningún interés político. No se nos escapa el que en estos procesos, de enormes dimensiones públicas, se mezclan proyectos de poder en diversos sentidos. Nada de eso nos importa. Para nosotros lo que está en juego es el ser humano. La paz con dignidad para todos en Colombia. Allí nos espera Dios, en este pueblo agobiado por el dolor que clama para que termine la guerra.

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El Mensaje del Domingo – 21 de octubre

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario Ciclo B  Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. – Rector                        En aquel tiepo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: -Maestro, queremos que nos hagas el favor que vamos a pedirte. Él les preguntó: -¿Qué quieren que haga por ustedes? Le dijeron: -Concédenos que en tu reino glorioso nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les contestó: -Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber el caliz que yo voy a beber, y recibir el bautismo que yo voy a recibir? Ellos contestaron: -Podemos. Jesús les dijo: -Ustedes beberán este trago amargo y recibirán este bautismo;pero el sentarse a mi derecha o izquierda no me corresponde a mí darlo; les será dado a aquellos para quienes está preparado. Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. Pero Jesús los llamó y les dijo: -Como ustedes saben, entre los paganos hay jefes que se creen con derecho a gobernar como tiranos a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás, y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser el esclavo de los demás.Porque el Hijo del hombre no  vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por una multitud. (Marcos 10, 35-45). Hoy el Evangelio se centra en el tema de la disposición a servir que exige el seguimiento de Jesús. Desentrañemos el significado que tiene para nosotros lo que nos dice Jesús, teniendo en cuenta también las otras lecturas bíblicas de este domingo. 1.- “Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber el trago amargo que yo voy a beber, y recibir el bautismo que yo voy a recibir?” Jesús acababa de anunciarles tres veces a sus discípulos que iba a padecer y a morir en la cruz, y que después resucitaría. Pero ellos no habían entendido nada. Imaginaban su resurrección como una vuelta a la vida terrena para restablecer el poder político que había tenido Israel diez siglos antes, en los reinados de David y Salomón. De ahí la petición de Santiago y Juan: estar junto a su trono para ser los más importantes. Después de decirles lo equivocados que están, Jesús les pregunta si son capaces de beber el cáliz que Él va a beber y de recibir el bautismo con que Él va a ser bautizado. La imagen de beber la el cáliz o la copa significa pasar un trance difícil -un trago amargo-, y la del bautismo significa la inmersión en el agua para renacer a una vida nueva. Para los cristianos, este rito es un signo del misterio pascual de Jesús, quien se sumergió en la experiencia de la pasión y muerte de cruz para pasar a la vida eterna y hacer posible este paso a toda persona que quiera de verdad identificarse con Él. 2.- “El que quiera ser grande entre ustedes, deberá servir a los demás” Esta enseñanza que los Evangelios de Marcos y Mateo sitúan en relatos muy similares durante el transcurso del camino de Jesús de Jericó a Jerusalén, es presentada por el de Lucas al comenzar la última cena la víspera de su pasión, cuando se entabla una discusión entre los discípulos sobre quién debe ser considerado el más importante. Jesús entonces les dice: (…) el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que le sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio, yo estoy entre ustedes como el que sirve” (Lc 22, 24-27). Y en el Evangelio de Juan encontramos la misma enseñanza: después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les explica el significado de ese gesto: “(…) si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, para que ustedes hagan unos con otros lo mismo que yo he hecho con ustedes” (Jn 13, 13-15). Esta enseñanza es diametralmente opuesta a la mentalidad de quienes conciben el poder como estar por encima de los demás para someterlos a su servicio. Por eso, a la luz del ejemplo de Jesús, quienquiera que tenga una posición de autoridad, sea como padre o madre de familia, como educador o educadora, como jefe en una organización o como líder de un grupo, de una comunidad o de una colectividad, debe preguntarse si está ejerciendo esa autoridad con una auténtica disposición a servir para el bien de todos, o con la actitud egoísta de quien sólo busca su propio interés y provecho personal. 3.- “El Hijo del hombre no  vino a ser servido, sino a servir y dar su vida…” Jesús se refiere a los jefes que se creen con derecho a gobernar como tiranos a sus súbditos, para señalar el contraste entre quienes buscan ser servidos como dueños de los demás y quienes quieran seguirlo a Él dispuestos a servir y a dar su vida en aras de un futuro mejor para todos. Este contraste resulta muy significativo en nuestra situación actual, cuando no pocos políticos y empresarios se dejan llevar por la ambición y la embriaguez arrogante del poder con el ánimo de dominar y esclavizar a los demás. Pero también podemos aplicar esta enseñanza de Jesús a las instituciones o comunidades en las que cada cual busca su propia cuota de poder y de reconocimiento sin importarle el bien de los demás, e incluso dividiendo a la gente con intrigas y destruyendo el clima organizacional en aras del propio interés egoísta. Contrariamente a esta actitud, Jesús anuncia que Él ha venido a servir y a entregar su propia vida para la redención de muchos. Se cumplen así las profecías del libro de Isaías contenidas en los “poemas del siervo -o servidor– de Yahvé”.

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