Colegio San José Barranquilla

SAE para papás: Aprendizaje

LEGOS: Pilares de la Niñez y Habilidades Matemáticas.

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El razonamiento espacial, o la capacidad cognitiva de resolver problemas al imaginar objetos mentalmente, ha demostrado ser un buen predictor del futuro desempeño de un niño en las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por su sigla en inglés). Recientes investigaciones demuestran que las primeras experiencias, como jugar con bloques y armar puzles, pueden influir en el razonamiento espacial de un niño de tan solo 3 años de edad.

Los resultados, publicados en la revista Child Development (Desarrollo Infantil), revelaron que inclusos niños en edad prescolar poseen habilidades de construcción espacial, y que estas se relacionan con habilidades matemáticas emergentes.

Las actividades espaciales, tales como construcción con bloques, requieren que los niños distingan características singulares del objeto dado (ex. “¿Es grande o pequeño?”), al tiempo que deben determinar la relación entre varios objetos (ex. “¿Este está al lado o sobre este otro?”). Los pequeños constructores deben examinar los diferentes elementos y posicionarlos, de manera dinámica, en nuevas combinaciones espaciales.

El resolver problemas matemáticos complejos también se basa en habilidades de razonamiento espacial. A pesar de que los investigadores aún no logran dilucidar la relación exacta que existe entre el aprendizaje matemático y las habilidades espaciales, sí ofrecen cierta evidencia de por qué estas áreas guardan una relación. En primer lugar, antes de que los niños comiencen a hablar, suelen utilizar estrategias para “contar” diversos objetos. En segundo lugar, la habilidad espacial de un niño juega un papel importante en que tan bien logran entender secuencias numéricas y la distancia entre números representados en un mapa.

A fin de examinar esta relación entre razonamiento matemático y espacial, los investigadores pusieron a niños prescolares (entre 38 y 48 meses de edad) a realizar tareas de ensamblaje de bloques y pruebas matemáticas. De manera adicional, sus padres completaron cuestionarios acerca de términos de relaciones espaciales que eran utilizados con sus hijos en el hogar, tales como entre, debajo, sobre, y esquina.

Durante las tareas de ensamblaje de bloques, los investigadores utilizaron grandes bloques de plástico dado que son más adecuados para niños pequeños. Para cada tarea, los niños fueron evaluados individualmente y asignados diferentes piezas de manera aleatoria. La consigna consistía en reconstruir el modelo dado. Los niños podían tomar el modelo y examinarlo, al tiempo que eran disuadidos de jugar con él.

Una vez terminado, los niños eran introducidos a la siguiente tarea de ensamblaje. Los niños recibieron las mismas 6 tareas, en el mismo orden, empezando con el más simple y progresando hacia modelos más complejos.

Los resultados demostraron que casi todos los participantes lograron recrear aquellos modelos de dos piezas. El éxito alcanzado por los niños en las primeras dos tareas es indicativo de la posesión de habilidades motoras y su capacidad de distinguir entre colores y tamaños. Los prescolares comenzaron a perder puntos cuando las tareas involucraban más piezas y, por ende, habilidades más avanzadas de contado y medición.

El ensamblaje de bloques a menudo requiere que los niños comprendan que los bloques más grandes están formados a partir de piezas más pequeñas. Los prescolares presentaron mayores dificultades para contar unidades cuando las tareas requerían alternar entre las partes y la totalidad del modelo. Comprender estos conceptos es fundamental para sentar las bases del razonamiento matemático con fracciones, volumen, áreas, y el contado de unidades.

Además, los investigadores encontraron una correlación entra la habilidad espacial de los niños y el uso de términos de relación espacial por parte de los padres en el hogar. Aquellos padres que utilizaron términos tales como “arriba”, “abajo”, “entre”, “cerca” con sus hijos de entre 14 y 46 meses de edad, afectaron sus habilidades espaciales posteriores, a la edad de 54 meses.

Esta investigación demuestra la importancia de proporcionar a los niños pequeños con actividades espaciales durante el desarrollo temprano. Los padres pueden guiar a sus hijos a través de actividades con bloques de construcción mediante el uso de lenguaje espacial y ayudarlos a contar y medir.

Peer-reviewed journal reference:

Verdine, Brian N. et al. 2013. “Deconstructing Building Blocks: Preschoolers’ Spatial Assembly Performance Relates to Early Mathematical Skills.” Child Development (early release).

Fuente: http://neuronetlearning.com/blog/es/legos-pilares-de-la-ninez-y-habilidades-matematicas/

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