En la actualidad, la tecnología está presente en casi todos los aspectos de la vida diaria: teléfonos, tabletas, videojuegos, plataformas educativas y redes sociales. Para niños y adolescentes, estas herramientas pueden ser útiles, pero también representan un gran desafío para el desarrollo cerebral.
Comprender su impacto permite a las familias acompañar con equilibrio, en lugar de prohibir o permitir sin límites.
Cómo responde el cerebro en desarrollo
Durante la infancia y la adolescencia, el cerebro atraviesa procesos intensos de maduración y reorganización. Las conexiones neuronales se fortalecen o se eliminan según el uso que reciben. Aquí es donde entra la tecnología:
Esto no significa que la tecnología sea “mala”, sino que el cerebro en desarrollo necesita equilibrio entre lo digital y lo real.
Posibles consecuencias del uso excesivo
Cuando no hay límites claros, el uso intensivo de pantallas puede derivar en:
Varios estudios muestran que más de dos horas diarias de pantalla recreativa en edades tempranas puede asociarse con bajo rendimiento escolar y dificultades emocionales.
El rol de la familia: acompañar, no vigilar
El secreto no está en prohibir, sino en enseñar a usar con sentido y autorregulación. Aquí algunas estrategias prácticas para el hogar:
En el Colegio San José de Barranquilla, entendemos que el uso de tecnología es parte del mundo actual, pero también que debe estar enmarcado en una educación responsable. Por eso, en las aulas se promueve un uso formativo, moderado y con propósito de las herramientas digitales, y se equilibra con actividades que estimulan el pensamiento crítico, el movimiento físico, el trabajo en equipo y la creatividad sin pantallas. Además, se orienta a las familias en el manejo de tiempos de conexión y autocuidado digital en casa.
En resumen…
✔ La tecnología no es enemiga, pero requiere límites claros y supervisión.
✔ El cerebro en desarrollo necesita tiempo sin pantallas para fortalecer habilidades cognitivas y socioemocionales.
✔ La mejor herramienta para proteger a tus hijos es tu presencia y ejemplo.
Criar en la era digital no es prohibir, es enseñar a usar con criterio.
Cada minuto que tus hijos pasan conectados es una oportunidad para acompañarlos… también desconectando juntos.