Colegio San José Barranquilla

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Cierre del Plan Lector 2do Periodo en 1ero

Así finalizo el Plan Lector en este segundo periodo de los alumnos de primer grado: Por:  Miss Jessica Anillo. El día de hoy los niños de primero trabajaron las siguientes actividades: Primero, estuvieron editando y realizando la publicación del poema que habían trabajado al inicio del período en la asignaturas de LA. Luego de esta actividad todos los grados se dirigieron a la biblioteca infantil para Exponer sus poemas. Seguidamente, en los salones de clase se realizó una lluvia de ideas para introducir el tema que se trabajará en 3 período “fairy tales-fiction” y los niños observaron el video de un ejemplo de una historia de este género. Al finalizar, desarrollaron un poster sobre el poema que más les gustó del libro “Del amor y Otros bichos” que estuvieron leyendo este período en Reading Time, y la creación de un títere de un personaje de ficción de una “fairy tale”. Por:  Mrs. Ana María Hincapié. Crear es inventar algo que sale de nuestra imaginación. Por eso los estudiantes del grado primero en el día de hoy, plasmaron sus conocimientos, los cuales fueron una recopilación de todo lo trabajado durante este segundo período. En el área de inglés y español se pudo realizar la transversalidad en sus procesos de enseñanza, donde ellos han escrito poemas en su segunda lengua al igual que en su lengua materna. Durante la mañana del día 22 de enero ellos escribieron poemas en inglés y los ilustraron, seguidamente pasamos a la biblioteca infantil Rafael Pombo, para que los niños los compartieran a sus compañeros. Fue una gran experiencia observar sus rostros cargados de espontaneidad y de esta forma descubrir múltiples facetas desde la posibilidad del aprendizaje lúdico. Seguidamente en los salones de clase los estudiantes formaron grupos de trabajo para dar rienda a su imaginación. Es importante destacar que se vio el compañerismo, trabajo en equipo, creatividad y conocimiento en cada uno de los carteles que realizaron los niños y niñas sobre la obra leída Del amor y otros bichos. Actividades como esta nos permiten evidenciar los sentimientos de los estudiantes al igual que el quehacer cotidiano del aprendizaje, el cual se puede lograr a través del juego.  

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Rally De Ciencias Durante La Semana Cultural CSJB 2014

Por: Miguel Silgado Garay – Natural Science Teacher – Ms. Edu. Participar del rally académico de ciencias durante la semana cultural ha sido siempre una actividad asombrosa. Este año la actividad estuvo ubicada en el segundo piso del bloque de bachillerato y constaba de dos fases, en una tenían que aportar una frase para el Mural Ecológico y en la segunda fase debían responder un cuestionario con preguntas de Ciencias, Física y Química. En el reto planteado por los docentes del área de ciencias naturales, participaron los equipos formados por cuatro estudiantes procedentes de cada club quienes durante esta jornada pusieron a prueba sus saberes a nivel cognitivo, procedimental y afectivo. The Sciences Rally during the Cultural Week Be involved in the academic rally during the cultural week has always been an amazing activity. This year the activity was located on the second floor of the high school building and consisted of two phases; during the phase one, students had to provide a quotation for the Ecological Wall and in the second phase they had to answer a Questionnaire from Science, Physics and Chemistry. The rally was attended by teams from each club, during this day the students had tested a huge part of their knowledge.  

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El Mensaje Del Domingo – 26 de Octubre

XXX Domingo – Tiempo Ordinario – Ciclo A Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?” Jesús le dijo: “‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente’.Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas” (Mateo 22, 34-40). 1.- ¿Cuál es el mandamiento principal? En general los maestros o doctores de la Ley en tiempos de Jesús solían entender los mandamientos de Dios como obligaciones que constituían una carga bastante pesada, debido a la cantidad de formalismos y preceptos rituales que habían hecho del judaísmo una religión muy complicada. Para Jesús, en cambio, el significado de los mandamientos es la invitación de Dios a corresponder a su amor rechazando la idolatría -es decir, no endiosando las cosas ni los poderes terrenales- y tratándonos los unos a los otros como hijos e hijas de un mismo Creador. La promulgación del Decálogo comienza en el libro del Éxodo (20, 1-21) dos capítulos antes del texto de la primera lectura de este domingo (Éxodo 22, 20-26), con una introducción en la que Dios le recuerda a su pueblo lo que ha hecho por él: Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo. La puesta en práctica de los 10 mandamientos -los 3 primeros referidos directamente a Dios y los otros 7 al prójimo- era para los israelitas la forma de corresponder al amor de Dios en el marco de un pacto celebrado entre Él y su pueblo en tiempos de Moisés (siglo 12 a.C.). Tal es el sentido del Código de la Alianza, del que hace parte la primera lectura y que es un desarrollo del Decálogo (Éxodo 20, 22-23.33). 2.- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente La respuesta de Jesús al maestro de la Ley comienza con una cita del Deuteronomio, (nombre que significa segunda promulgación de la Ley), un libro encontrado en el Templo de Jerusalén 7 siglos a.C. en el que se evoca el testamento que Moisés le dejó al pueblo de Israel antes de morir. En él aparecen de nuevo los 10 mandamientos con la misma introducción: Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo” (5, 6-21). La frase con la que Jesús inicia su respuesta forma parte del texto llamado Shemá Israel, las dos primeras palabras en hebreo de dos versículos del Deuteronomio que los judíos memorizan desde niños: Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente (Deuteronomio 6, 4-5). Los versículos siguientes dicen: “Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho y enséñalas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa” (6, 6-7). Los fariseos que rechazaban a Jesús y querían ponerle una trampa cumplían al pie de la letra la última frase de este texto, llevando materialmente atadas en sus manos y en su frente las filacterias, unos pequeñísimos rollos de papiro que simbolizaban la Ley de Dios -en hebreo la Torá-, pero no realizaban el espíritu de lo mandado por Dios, que consiste en que el amor a Él se muestre en el respeto y la compasión para con los prójimos. 3.- Amarás a tu prójimo como a ti mismo Pablo recuerda en la segunda lectura (1ª Tesalonicenses 1, 5c-10) cómo los primeros cristianos de la ciudad griega llamada Tesalónica habían abandonado los ídolos y se habían convertido a Dios. Precisamente el primer mandamiento, amar a Dios sobre todas las cosas, significa rechazar toda forma de idolatría. Por eso amar a Dios implica no dejarse arrastrar por el culto al dinero, al prestigio o al poder, que son ídolos por los cuales se suele remplazar al verdadero Dios. Ahora bien, el amor a Dios sólo puede verificarse en el amor a los demás. Por eso Jesús no reduce su respuesta a los versículos del Shemá Israel del Deuteronomio, sino que cita además otro texto también del Antiguo Testamento, el del libro llamado Levítico, escrito hacia el siglo quinto a. C. por levitas o descendientes de Leví, uno de los doce hijos del patriarca Jacob, que colaboraban en el culto del Templo de Jerusalén. En este otro texto dice Dios: ama a tu prójimo como a ti mismo (Levítico 19, 18). Y luego concluye Jesús su respuesta con una frase que indica la unión inseparable entre el amor a Dios y el amor al prójimo: En estos dos mandamientos se basan toda la Ley y los Profetas. A primera vista, no está diciendo nada nuevo. Pero si consideramos el contexto de los Evangelios, encontramos tres detalles muy significativos que constituyen lo novedoso del mensaje de Jesús y han sido ampliamente desarrollados entre otros por el Papa Emérito Benedicto XVI en la que fue su primera Encíclica, publicada a fines del año 2005 con el título Deus caritas est (Dios es amor): 1º – Prójimo (próximo, cercano) no es sólo el de la misma raza, nación, condición o cultura, o el que piensa igual, sino todo ser humano de cualquier condición, y especialmente el más necesitado, el excluido, el marginado, el oprimido. 2º – Amar al prójimo como a sí mismo (lo cual corresponde a la llamada Regla de Oro: Traten a los demás como quieren que los demás los traten a

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El Mensaje Del Domingo – 19 de Octubre

IX Domingo – Tiempo Ordinario – Ciclo A Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. En aquel tiempo, los fariseos fueron y se pusieron de acuerdo para hacerle decir a Jesús algo que les diera motivo para acusarlo. Así que mandaron a algunos de sus partidarios, junto con otros del partido de Herodes, a decirle: “Maestro, sabemos que tú dices la verdad, y que enseñas de veras el camino de Dios, sin dejarte llevar por lo que diga la gente, porque no hablas para darles gusto. Danos, pues, tu opinión: ¿Está bien que le paguemos impuestos al César, o no?” Jesús, dándose cuenta de la mala intención que llevaban, les dijo: Hipócritas, ¿por qué me tienden trampas? Enséñenme la moneda con que se paga el impuesto”. Le trajeron un denario, y Jesús les preguntó: “¿De quién es esta cara y el nombre que aquí está escrito?” Le contestaron: “Del César”. Jesús les dijo entonces: “Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Cuando oyeron esto, se quedaron admirados; y dejándolo, se fueron (Mateo 22, 15-21). Las lecturas de hoy nos muestran la distinción entre lo estatal y lo religioso, la relatividad de los poderes terrenales frente a la soberanía de Dios, y la relación entre la fe religiosa y la justicia social. Tratemos de aplicar a nuestra situación concreta el mensaje que nos traen los textos bíblicos de este domingo: Isaías 45, 1.4-6, Salmo 96 (95), 1ª Carta de Pablo a los Tesalonicenses 1,1-5b, y el pasaje del Evangelio. 1.- “Yo soy el Señor y no hay otro, fuera de mí no hay Dios” En la primera lectura encontramos tres veces la frase “no hay otro…”. Esta es una de las expresiones más frecuentes en los textos de los profetas del Antiguo Testamento, en los que Dios se proclama como único merecedor de adoración. Los monarcas de los grandes imperios de la antigüedad eran adorados como dioses. Muchos llegaron a exigir que se les rindiera culto, como Nabucodonosor en Babilonia, de cuya tiranía liberó el rey persa Ciro a los hebreos en el año 538 a. C., acontecimiento al que hace referencia el texto del libro de Isaías en la 1ª lectura. Los césares o emperadores romanos también se creyeron dioses, y así sucedió en tiempos de Jesús, quien nació en la época de César Augusto y murió en la de su sucesor Tiberio César. Posteriormente la mayoría de sus sucesores harían morir a miles de cristianos que se negaban a reconocer la divinidad del César, título equivalente a lo que en otros idiomas significan los términos Kaiser y Zar: el Emperador. Frente a la mentalidad que diviniza a los soberanos de la tierra, los textos bíblicos proclaman de muchas formas que Dios es el único Señor. Esto es lo que expresa el Salmo 96 (95), que aclama su gloria y su poder y dice que en comparación con Él “los dioses de otros pueblos no son nada”.  2.- “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” Esta frase de Jesús indica la existencia de dos planos: el de la relación con los poderes terrenos del Estado y el de la obediencia a la autoridad de Dios desde la fe religiosa. No en términos de dos planos necesariamente opuestos, pero sí en cuanto son distintos y no deben confundirse, como ha ocurrido con frecuencia y sigue sucediendo en todos los fundamentalismos, tanto políticos como religiosos, cuando no se respetan las competencias correspondientes. Pero esto no quiere decir que la religión no tenga nada que ver con la política. Sí tiene que ver, y mucho, por cuanto reconocer a Dios como el único Señor implica llevar a la práctica la justicia social que la misma fe exige. Los cristianos y en general los creyentes en Dios que se han negado y se siguen negando a la divinización de los poderes terrenos y a todas sus formas de tiranía, al hacerlo tomaron y toman posiciones políticas en el sentido más amplio de la palabra: el de la coherencia entre creer en Dios y practicar la justicia que esta fe implica, desde el reconocimiento de todos los seres humanos como hijos suyos, con su dignidad y sus derechos. Contra las pretensiones tiránicas o totalitarias de cualquier soberanía terrena, Jesús proclamó el Reino de Dios. No como un imperio que suplante a las autoridades terrenas, pues como Él lo dijo también, su Reino no es de este mundo, y como él mismo lo mostró en la práctica, nunca cedió a la tentación del mesianismo político haciéndose o dejándose proclamar rey. Pero sí como el reconocimiento eficaz de la soberanía absoluta de Dios -que es la soberanía del amor, porque Dios es Amor- frente a toda pretensión de tiranía por parte de los poderes terrenales. 3.- Las virtudes “teologales” en el primer texto del Nuevo Testamento La primera carta de san Pablo a la comunidad cristiana de la ciudad griega de Tesalónica, a quienes el mismo apóstol les había proclamado la Buena Nueva de Cristo en su primer viaje misionero, es el primer escrito que ha llegado hasta nosotros de entre todos los que componen el llamado “Nuevo Testamento”. En esta carta, situada por los estudiosos de la Biblia hacia el año 51, entre 20 y 25 años después de la muerte de Cristo, antes de los mismos Evangelios cuya redacción comenzaría hacia el año 64, es muy significativo que aparezcan mencionadas las tres virtudes teologales, es decir, las que corresponden directamente al reconocimiento de Dios como tal: fe, esperanza y caridad. Como lo indica Pablo, se trata de una fe activa, una esperanza que implica afrontar con paciencia las dificultades, y una caridad que supone la disposición de servicio a los demás desde el reconocimiento de todos como hijos e hijas de Dios. Pidámosle pues al Señor que conserve y aumente en nosotros la fe, la esperanza y la caridad como manifestaciones de nuestro reconocimiento de su soberanía, que implica

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El Mensaje Del Domingo – 5 de Octubre

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. En aquel tiempo dijo Jesús a las autoridades religiosas de los judíos: “Escuchen otra parábola: El dueño de una finca plantó un viñedoy le puso un cerco; preparó un lugar donde hacer el vino y levantó una torre para vigilarlo todo. Luego alquiló el terreno a unos labradores y se fue de viaje. Cuando llegó el tiempo de la cosecha, mandó unos criados a pedir a los labradores la parte que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a otro. El dueño volvió a mandar más criados que al principio, pero los labradores los trataron a todos de la misma manera. Por fin mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’ Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo y nos quedaremos con su propiedad.’ Así que lo agarraron, lo sacaron del viñedo y lo mataron. Y ahora, cuando venga el dueño del viñedo, ¿qué creen ustedes que hará con esos labradores?” Le contestaron: “Matará sin compasión a esos malvados, y alquilará el viñedo a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde”. Jesús entonces les dijo: “¿Nunca han leído ustedes las Escrituras? Dicen: ‘La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal. Esto lo hizo el Señor, y estamos maravillados’. Por eso les digo que a ustedes se les quitará el Reino, y se le dará a un pueblo que produzca la debida cosecha”. (Mateo 21, 33-43). Las parábolas propuestas por Jesús junto al Templo de Jerusalén poco antes de su pasión simbolizan el rechazo a la acción amorosa de Dios por parte de los falsos creyentes, representados en las autoridades religiosas de su tiempo. Meditemos en el sentido de la parábola del Evangelio, relacionándola con los otros textos bíblicos de este domingo [Isaías 5, 1-7; Salmo 128 (127); Carta de Pablo a los Filipenses 4, 6-9].  1.- “El dueño de una finca plantó un viñedo” Las viñas o viñedos, nombre dado a los campos de cultivo de uvas para la producción de vino, eran y siguen siendo muy comunes en Israel. En la parábola de los viñadores o cultivadores homicidas que nos presenta el Evangelio hay una referencia implícita a la canción de la viña, compuesta por el profeta Isaías 8 siglos A.C. y contenida en la primera lectura (Isaías 5, 1-7). Es una imagen poética del amor de Dios al pueblo de Israel, al que en el siglo 12 A.C., por medio de Moisés, había liberado de la esclavitud en Egipto para plantarlo en una tierra en la cual le brindaría todos los cuidados, como dice asimismo el Salmo 128: Sacaste Señor una vid de Egipto y la trasplantaste. Extendió sus sarmientos –o sea sus ramas– hasta el mar -el Mediterráneo, al occidente de Jerusalén- y sus brotes hasta el gran río -el Jordán, al oriente de la misma ciudad-. El texto de Isaías expresa claramente la decepción de Dios ante la ingratitud de su pueblo: “El Señor esperaba de ellos respeto a su ley, y sólo encuentra asesinatos; esperaba justicia, y sólo escucha gritos de dolor”. También a nosotros el Señor nos ha querido liberar de la esclavitud del pecado, es decir de las cadenas del egoísmo, para plantarnos en una tierra nueva que es su Reino, un reino de amor, de justicia y de paz, la paz verdadera a la que se refiere san Pablo en la segunda lectura, y cuya realización para cada uno de nosotros depende de nuestra disposición a responder al amor infinito de Dios mediante la puesta en práctica de todo lo que es verdadero -sincero-, noble, justo, puro, amable… (Carta a los Filipenses 4,8). 2.-  “Por fin mandó a su propio hijo… lo sacaron del viñedo y lo mataron” A través de sus enviados anteriores, los profetas, Dios había invitado una y otra vez a su pueblo a la conversión, a que cambiara la adoración a los falsos dioses por el reconocimiento de su Amor, manifestado en el culto a Él como único Dios y en el amor al prójimo mediante la práctica de la justicia y la compasión. Pero una y otra vez los profetas y sus mensajes fueron rechazados por quienes preferían sus ídolos y sus intereses egoístas a la voluntad de Dios. Y el colmo de este rechazo fue precisamente la forma en que quienes se consideraban a sí mismos buenos y santos, pero en realidad se adoraban a sí mismos y se habían fabricado una imagen falsa de Dios, trataron a Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, condenándolo a la muerte en el suplicio de la cruz. Cada uno de nosotros es invitado a responder al amor de Dios mediante el comportamiento constructivo con los demás, reconociendo en cada quien a nuestro hermano o hermana, porque todos somos hijos e hijas de un mismo Creador. ¿Cómo estoy respondiendo a esta invitación que el Señor me hace una y otra vez? Si Jesús se presentara nuevamente hoy en la tierra como lo hizo hace poco más de veinte siglos, sin duda sería igualmente asesinado por quienes se sienten incómodos con las exigencias del amor al prójimo. ¿Sería yo uno de ellos? ¿Qué debería hacer para no serlo?  3.- “A ustedes se les quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca lo debido” Esta frase con la que Jesús concluye la parábola es una clara alusión a lo que iba a ocurrir con los que se creían santos y mejores que los demás y se opusieron a Jesús hasta matarlo por el hecho de haberse puesto al lado de los excluidos por ellos. Esos que se creían superiores iban a resultar fuera, y en cambio los despreciados como paganos y pecadores iban a constituir el nuevo pueblo de Dios, en el

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ECC Estudiantes de cuarto y quinto grado

“El Amor y el Egoísmo” y “La Conciencia”. Por: Jorge L. Barandica Acendra Coord. Pastoral Primaria y Preescolar En días pasados se realizaron en la Casa Santa María del Mar (Santa Verónica) los Encuentros Con Cristo de los grados cuarto y quinto, experiencia durante la nuestros estudiantes por medio de la lúdica vivieron un encuentro personal  y comunitario con la persona de Jesús. Los temas que se abordaron fueron: “La Conciencia” para nuestros alumnos de cuarto y “El Amor y el Egoísmo” para los de quinto.  Los niños con su excelente comportamiento disfrutaron al máximo esta actividad; esperamos que este espacio de oración, reflexión y diversión contribuya de manera muy significativa a nuestro propósito de formar estudiantes para ser más y servir mejor.

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Participación CSJB en IV Moea para Estudiantes del Caribe Colombiano

Por Martha Delgado Cañas Del 18 al 21 de septiembre, 16 estudiantes del Colegio San José participaron en la cuarta versión del Modelo de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos organizado por la Universidad del Norte con apoyo del Programa MOEA del Secretario General Adjunto de la OEA. El MOEA es un programa de la Organización de los Estados Americanos (OEA) creado con el objetivo de promover los valores democráticos entre la juventud del Hemisferio, mediante un ejercicio de simulación de la Asamblea General de la OEA. El evento contó con la asistencia de la Dra. María de los Dolores Aguilar quien se desempeña como Directora del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y el Adolescente de la OEA. Además, estuvo presente Nelly Robinson, Coordinadora del Programa MOEA-OEA; Así como también diferentes especialistas de la OEA y el Ministerio de Relaciones Exteriores en temas económicos, políticos, sociales y de seguridad que competen al hemisferio. Los estudiantes de nuestra Institución, quienes representaban a las Delegaciones de Argentina y Suriname, se prepararon durante 2 meses en temas como el uso del lenguaje parlamentario, la expresión oral, redacción de resoluciones y conocimiento general sobre el país y el tema asignado para poder desempeñar una excelente labor durante el evento. Felicitamos a Juan Sebastián Lopez de 7mo grado; Daniel Grisales y Javier Ramírez de 8vo grado; Mariana Gomez, Valeria Olaya y Alberto Rueda de 9no grado; María Cecilia Ardila, Juan José Guzmán, Martin Rada, Valentina Guzmán, Valentina Prieto, Valerie Urquijo, Valeria Romero, Keysi Rodriguez, María Camila Grisales y José Consuegra de 11mo grado por su excelente desempeño y compromiso en la preparación previa a la actividad y durante el desarrollo de la misma. Además, queremos resaltar la participación del estudiante Juan Sebastián López Salcedo de 7mo grado, quien a sus 12 años fue escogido como la autoridad más joven en la historia de los Modelos de la OEA. Él fue elegido democráticamente por sus compañeros de otras 31 delegaciones para dirigir la cuarta comisión en la próxima versión del MOEA que se realizará en 2015.

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El mensaje del domingo – 14 de septiembre

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A – Septiembre 14 de 2014 Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. En aquel tiempo le preguntó Pedro a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces le deberé perdonar a mi hermano si me hace algo malo? ¿Hasta siete?” Jesús le contestó: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Sucede con el reino de los  cielos lo que con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios.  Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que le quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey y le rogó: ‘Tenga usted paciencia conmigo, y se lo pagaré todo’. El rey tuvo compasión de él, así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. Pero, al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ‘¡Págame lo que me debes!’ El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo’. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto les dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mando llamar y le dijo: ‘¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’ Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía”. Y Jesús añadió: “Así hará también mi Padre si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.” (Mateo 18, 21-35).  1.- “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarle?”  En el lenguaje bíblico el 7 es un número simbólico que significa plenitud y perfección. Por eso la respuesta de Jesús a Pedro en el Evangelio, significa que es preciso significa que debemos perdonar siempre. De esta forma se supera la llamada ley del talión (ojo por ojo y diente por diente -Éxodo 21, 23-25, Levítico 24, 18-20 y Deuteronomio 19, 21-), que imperaba en las costumbres de aquel tiempo, a pesar de lo que ya dos siglos antes de Cristo había escrito el autor del libro llamado Eclesiástico, del cual está tomada la primera lectura (27, 30 – 28,9): perdona las ofensas a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas; y a pesar también de los versos del Salmo 103 (102): “El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia… Él perdona todas las culpas… No está siempre acusando ni guarda rencor…”   La ley del talión (del latín talis: tal, semejante) consistía en que a cada agresión le correspondiera una pena igual, y en este sentido, cuando había sido establecida en tiempos de los sumerios y caldeos por el Código de Hammurabi en el siglo18 a.C., significó un avance moral con respecto a la práctica primitiva de la venganza sin límites, consistente en responder con un mal mayor. Pero Jesús avanza mucho más al oponerse a toda forma de venganza, invitándonos a deponer por completo el rencor que podamos sentir ante las ofensas recibidas.  2.- “Toda aquella deuda te la perdoné. ¿No debías tú también tener compasión?” La parábola del funcionario insensible que leemos en el Evangelio de hoy guarda una estrecha relación con la llamada “regla de oro” del comportamiento humano enseñada por Él en su Sermón de la Montaña: “Todo cuanto ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos” (Mateo 7, 12). Es la formulación en positivo de lo que siglos atrás habían dicho otros maestros espirituales: “No hagas a los demás lo que a ti te dolería que te hicieran” (Hinduismo, 1500 años a.C.); no hieras a los demás con lo que a ti te hace daño” (Buda, 563-483 a.C.); “no hagas a los demás lo que no quieres que ellos te hagan a ti” (Confucio, 551 – 479 a.C.); “no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan” (A.T. , libro de Tobías 4, 15 -300 a.C.-).  Esta regla de oro, inscrita interiormente en la conciencia de todo ser humano, equivale al mandato bíblico formulado en la frase “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19, 18 / Mateo 22, 39), lo cual implica la exigencia de no devolver mal por mal, que en positivo corresponde a la exigencia  de perdonar al prójimo si uno quiere ser perdonado por Dios. “Ninguno de nosotros vive para sí mismo”, dice el apóstol Pablo en la segunda lectura (Romanos 14, 7-9), invitándonos así superar nuestros egoísmos para orientarnos hacia el cumplimento de la voluntad del Señor, que es voluntad de misericordia y de perdón.  El motivo de fondo de la exhortación de Jesús a perdonar siempre es el mandamiento nuevo que Él mismo daría a sus discípulos la víspera de su muerte en la cruz: “ámense los unos a los otros como Yo los he amado” (Juan 15, 12). Precisamente Jesús es la manifestación personal del amor de Dios, que perdona siempre, y por eso el cumplimiento de este mandato corresponde a su exhortación formulada así en el Evangelio según san Mateo: “sean ustedes perfectos como su Padre celestial es perfecto” (Mateo 5, 48), que equivale a la que encontramos en el Evangelio de Lucas: “Sean  misericordiosos como su Padre es que misericordioso” (Lucas 6, 36). La perfección de Dios es la realización plena de lo Él mismo es, porque Dios es Amor (1 Juan 4, 8.16).  3.- La petición de perdón implica la disposición a perdonar  La Eucaristía es el memorial del sacrificio redentor de Cristo que entregó su vida derramando su sangre por nosotros y por toda la humanidad “para el perdón de los pecados”.

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Jornadas de crecimiento Espiritual

 Jornadas de crecimiento Espiritual Para Docentes Al Inicio del Año Escolar En nuestro Colegio San José estamos comenzando el año escolar 2014-2015 y para hacerlo de la mejor manera, los profesores han recibido tres días de formación espiritual de modo que puedan centrar sus corazones en lo fundamental que es nuestro Señor Jesucristo. Desde el 23 al 25 de Julio pasados, como parte de la inducción de inicio de año, hubo dos experiencias simultaneas. Un grupo de 24 maestros estuvieron en el Seminario Mayor Juan XXIII viviendo su Encuentro con la Vida Afectiva (E.V.A) orientada por el Padre Julio Jiménez S.J. Mientras tanto, el resto del personal docente permanecía en las instalaciones del colegio viviendo unas Jornadas Ignacianas orientadas por el Área de Pastoral y con el apoyo de los padres Juan Enrique Casas S.J., Carlos Cardona S.J. y Gabriel Jaime Pérez S.J. Con estos espacios, pretendemos contagiar a nuestra familia San José del espíritu Ignaciano que nos inspira y seguir preparándonos mejor para el desafío inmenso de formar a nuestros jóvenes barranquilleros para en todo amar y servir    

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Mensaje del Domingo – Junio 22

EL MENSAJE DEL DOMINGO El Cuerpo y la Sangre de Cristo Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J. Ciclo A – Junio 22 de 2014 En aquel tiempo, dijo Jesús: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.» Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Entonces Jesús les dijo: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. La persona que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en ella. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, quien me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de los antepasados de ustedes, que lo comieron y murieron; quien come de este pan vivirá para siempre.»(Juan 6, 51-58). La fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo comenzó a celebrarse el año 1246 en la ciudad belga de Lieja y fue extendida luego a toda la Iglesia por el papa Urbano IV en 1264, para proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en las especies de pan y de vino consagradas en la Eucaristía. Era preciso reafirmar así la adhesión a esta verdad de fe, con el fin de contrarrestar los planteamientos de quienes negaban dicha presencia y enseñaban que el pan y el vino consagrados eran sólo un símbolo conmemorativo de la cena del Señor. 1. La Eucaristía es sacrificio y sacramento La Eucaristía es un sacrificio y un sacramento. Como sacrificio es memorial que no sólo recuerda sino que además actualiza el misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Redentor. Como sacramento es signo sensible de la acción salvadora de Dios por medio de su hijo Jesucristo, su Palabra hecha carne que nos reveló su amor infinito con sus enseñanzas, sus actos sanadores, su compasión, su muerte en la cruz y su resurrección; que nos alimenta espiritualmente al comunicarnos su propia vida, y que nos une en comunidad con Él y con los demás por la acción del Espíritu Santo. Esto es lo que nos muestran precisamente las lecturas bíblicas en la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Deuteronomio 8, 2.3.14b-16a; I Corintios 10, 16-17; Juan 6, 51-58). Y el Salmo 148 (147), por su parte, dice que el Señor nos alimenta con el pan de su Palabra. 2. La Eucaristía es presencia de Cristo resucitado, la Palabra de Dios que nos alimenta La presencia de Cristo en la Eucaristía no es aparente, es real. Pero esta realidad no es la de un fenómeno material verificable por los sentidos o por una experimentación físico-química, sino la de un misterio de orden espiritual, sólo captable por la fe. Esto es precisamente lo que nos enseña el Discurso del Pan de Vida pronunciado por Jesús en el Evangelio de Juan después de la multiplicación de los panes. Los versículos con los que continúa el capítulo 6 de este Evangelio (59-63) son claros al respecto, sobre todo cuando Jesús explica que las palabras que ha dicho “son espíritu y vida” (6, 63), refiriéndose al sentido de lo que Él quiere significar cuando dice “mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” (6, 55), y evocando como una prefiguración de esta realidad el “maná”, aquél “pan bajado del cielo” con el que, como nos cuenta el libro del Deuteronomio en la primera lectura, Dios había alimentado a los israelitas en su camino hacia la tierra prometida. Ahora bien, esa presencia espiritual suya después de su muerte y resurrección, quiso invitarnos el Señor a reconocerla en las especies del pan y el vino consagrados en la Eucaristía con el rito y las palabras que Él mismo, en la última cena antes de su pasión, les dijo a sus primeros discípulos que repitieran después en conmemoración suya. En este sentido, el pan y el vino, en virtud de la consagración así realizada, gracias la acción del mismo Espíritu Santo por cuya obra y gracia la Palabra se hizo carne en el seno de la Virgen María, se convierten para nosotros en el cuerpo y la sangre de Cristo, es decir, en la presencia viva de Jesús que nos entrega su vida. Él es la Palabra de Dios que nos alimenta no sólo con sus enseñanzas, sino con su propia vida resucitada, siempre disponible para nosotros en lo que llamamos el Santísimo Sacramento. Tal es el sentido de la adoración a las hostias consagradas que quedan en el Sagrario después de la celebración de la Santa Misa. 3. La Eucaristía es sacramento de Jesucristo resucitado que nos une en comunidad Al partir y comer el mismo pan, y al beber conjuntamente del mismo cáliz, compartiendo así la presencia de Jesucristo que se nos comunica alimentándonos con su vida resucitada, su Espíritu Santo nos une en un solo cuerpo, nos hace una comunidad de amor que celebra y vive la “Acción de Gracias”, que es lo que significa en griego la palabra “Eucaristía” (Segunda Lectura: 1 Corintios 10, 16). Así sucedió con los primeros discípulos de Jesús unidos en oración con María, su madre, y así también sucede con nosotros cuando en la Eucaristía se hace presente Cristo resucitado y nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre. Terminemos evocando la última Carta Apostólica que dejó el Papa San Juan Pablo II como su testamento para el Año de la Eucaristía (2005), en el cual pasó a la vida eterna: “La Iglesia es el cuerpo de Cristo: se camina «con Cristo» en la medida en que se está en relación «con

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