En el Colegio San José tenemos claro que educar no es solo transmitir conocimientos, sino acompañar a nuestros estudiantes para que crezcan como personas completas: con cabeza bien formada, corazón sensible y manos dispuestas al servicio. Por eso, nuestra manera de enseñar se apoya en el Paradigma Pedagógico Ignaciano (PPI) y se enriquece con la pedagogía de la refracción propuesta por el P. J. Go.
El PPI se basa en cinco pasos sencillos que marcan nuestro estilo educativo: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. Dicho en palabras simples: primero buscamos conocer bien a cada estudiante y su realidad; luego le ofrecemos experiencias significativas de aprendizaje; después lo ayudamos a pensar y darle sentido a lo vivido; lo invitamos a actuar de manera responsable y solidaria; y finalmente evaluamos no solo lo aprendido, sino también el crecimiento como persona.
La pedagogía de la refracción añade un matiz muy bonito: así como la luz cambia de dirección al pasar por distintos medios, también lo que un estudiante vive en el colegio se “refracta” en su interior, se transforma según su historia, sus preguntas y sus talentos. Cada joven interpreta de modo único lo que aprende, y nuestro papel como educadores es ayudarle a descubrir qué significado tiene para su vida y cómo puede proyectarlo hacia los demás.
¿Cómo lo hacemos en el aula?
1. Conocer el contexto: comenzamos las clases interesándonos por lo que viven los estudiantes. Preguntar cómo están, qué les preocupa, qué pasa en la ciudad o en el país, nos permite conectar el contenido académico con su realidad.
2. Ofrecer experiencias: no basta con explicar. Usamos dinámicas, debates, experimentos, trabajo en grupo y salidas de campo para que el aprendizaje se viva de manera activa.
3. Propiciar la reflexión: al terminar una actividad, pedimos a los alumnos que expresen qué descubrieron, qué los sorprendió, qué relación ven con su vida. Esa pausa para pensar es lo que convierte la información en formación.
4. Invitar a la acción: cada tema debe abrir una puerta al compromiso. Si estudiamos medio ambiente, proponemos campañas de reciclaje; si trabajamos historia, invitamos a aprender de ella para ser ciudadanos responsables.
5. Evaluar de manera integral: además de las notas, valoramos el esfuerzo, la participación, la creatividad, la capacidad de trabajar en equipo y el crecimiento personal.
Un ejemplo concreto
En una clase de ciencias, al hablar de recursos naturales, los estudiantes no solo aprenden datos sobre el agua: realizan una visita a una fuente cercana, reflexionan sobre cómo el consumo diario afecta el planeta, diseñan pequeñas campañas de ahorro en casa y luego evaluamos qué lograron cambiar en sus hábitos. Allí se ve claramente cómo el PPI y la refracción se unen: la información se convierte en experiencia, y la experiencia en acción transformadora.
Nuestro compromiso
Queremos que cada alumno del Colegio San José sienta que lo que aprende no pasa de largo, sino que se refracta en su vida y lo ayuda a crecer como persona consciente, competente, compasiva y comprometida. Así vivimos el Paradigma Pedagógico Ignaciano: iluminando a cada estudiante para que la luz se multiplique en mil colores de esperanza.