Colegio San José Barranquilla

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El Mensaje del Domingo – 3 de noviembre

XXXI Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C   Por: Gabriel Jaime Pérez, S. J.                   En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.» Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.» Jesús le contestó: – «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.» (Lucas 19, 1-10)1.“El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido” En el Evangelio del domingo pasado Jesús nos presentaba en una parábola el contraste entre la arrogancia del fariseo y la humildad del publicano. El de hoy nos muestra la misericordia de Dios presente en la acción salvadora de Jesús, y la respuesta de conversión que proviene precisamente de un publicano. En tiempos de Jesús los publicanos o recaudadores públicos de los impuestos del imperio romano solían enriquecerse con las tajadas que sacaban a costa de los contribuyentes. Por eso eran rechazados como pecadores, especialmente por parte de los fariseos, que, como veíamos el domingo pasado, se consideraban superiores a los demás. La actitud de Jesús hacia el publicano Zaqueo en Jericó no es de rechazo, sino de invitación a un encuentro transformador con él. Varios detalles del relato evangélico nos sirven para nuestra reflexión: – El esfuerzo de Zaqueo por conocer a Jesús: se sube a un árbol a causa de su pequeña estatura, para poder verlo cuando pase. También Jesús pasa por nuestra vida constantemente. ¿Nos esforzamos para que ese paso del Señor no nos sea indiferente? – El gesto de Jesús que dirige su mirada a Zaqueo para proponerle que lo invite a su casa. También a nosotros el Señor nos mira y nos propone que le abramos un espacio en nuestra vida. ¿Cuál es nuestra respuesta? En la Eucaristía, Él mismo se ofrece para que lo recibamos en la comunión. Y en la medida en que nos disponemos a recibirlo reconociendo humildemente nuestra necesidad de salvación, nuestro encuentro con el Señor producirá en nosotros una transformación positiva. -La conversión de Zaqueo, manifestada en su disposición a reparar el mal que ha hecho a los demás. También de nosotros espera el Señor una actitud similar, al ser acogidos por su misericordia. Este es precisamente el sentido de la penitencia en el sacramento de la reconciliación. Aunque ya Jesucristo con su sacrificio redentor hizo posible nuestra reconciliación con Dios, es imprescindible nuestra disposición a reparar el mal que hayamos causado, en la medida de nuestras posibilidades. Esto tiene una aplicación concreta precisamente en los intentos de resolución del conflicto armado. La verdadera reconciliación no se compadece con la impunidad, pues el perdón supone de quien lo recibe una voluntad de reparación. 2. “A los que pecan, haces que reconozcan sus faltas, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor” La primera lectura, del libro de la Sabiduría en el Antiguo Testamento (11,22; 12,2), exalta la compasión de Dios para con todas sus criaturas, una actitud del todo opuesta a la de quienes, creyéndose santos, critican a Jesús por entrar a la casa de un pecador. Pero, asimismo, esa actitud compasiva de Dios que se manifiesta personalmente en Jesús no implica una complicidad con el pecado, sino una invitación a la conversión. Como bien dice el mismo texto de la Sabiduría: “Porque en todos los seres está tu espíritu inmortal. Por eso, a los que pecan los corriges y reprendes poco a poco, y haces que reconozcan sus faltas, para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor”. Es la misma idea del salmo responsorial (Salmo 144): “El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor. El Señor es bueno con todos. Y esto es precisamente lo que ocurre con Zaqueo el publicano en el relato del Evangelio: el Espíritu Santo lo mueve a una conversión sincera. También en nosotros, si lo dejamos, puede actuar el Espíritu de Dios para transformarnos al recibir a Jesús en nuestra casa, es decir, en nuestra propia existencia. 3. “Para que con su fuerza nos permita cumplir los buenos deseos y la tarea de la fe” La segunda carta de San Pablo a los Tesalonicenses -la comunidad cristiana que él había dejado iniciada en la ciudad griega de Tesalónica-, tiene como tema central la actitud que el creyente debe tener ante la promesa de la “parusía”, palabra griega que significa el regreso glorioso de nuestro Señor Jesucristo al final de los tiempos. En el texto que escuchábamos en la segunda lectura (2 Tesalonicenses 1,11; 2,2), Pablo invita a sus destinatarios a no dejarse asustar por falsas revelaciones fatalistas. Se trata de una invitación, también para todos nosotros, a mirar el futuro con optimismo, sin asustarnos ni quedarnos con los brazos cruzados, poniendo todo nuestro empeño en trabajar, con una esperanza activa y paciente, por la construcción de un mundo mejor en el que se vaya haciendo realidad el Reino de Dios, al que se refiere la oración que Jesús nos enseñó con la frase “venga a nosotros tu Reino”: un reino de justicia, de amor y de paz que sólo será posible en definitiva gracias al poder de Dios, pero también con nuestra colaboración, si nos disponemos a que el Señor venga a nuestra existencia y la

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Ejercicios Espirituales para los Docentes del CSJB

Del 7 al 9 de octubre un grupo de 33 profesores del Colegio San José hicieron un alto en el camino para dedicar unos días al encuentro con Dios. Esta experiencia se realizó  en la Casa de Retiros del Seminario Juan XXIII durante la semana de receso estudiantil, y responde al deseo de sintonizar con el fundamento de nuestra misión como comunidad educativa San José: el aprender a conocer y seguir a Jesucristo. Este objetivo vivido desde la propuesta de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, no sólo pretende brindar un espacio para reencontrarnos con nosotros mismos, sino también aterrizarnos en la intuición fundamental que tenemos como educadores, en la cual Dios no es una realidad de la que puede prescindirse, sino la persona que nos anima y nos envía a dar testimonio de nuestra fe a cada uno de los estudiantes que se nos han sido confiados. Desde esta perspectiva,  los tres días dedicados a este Retiro fueron de gran provecho para los (las) profesores (as), ya que salieron de ellos más conscientes de su realidad, de ser amados (as) por Dios, y también motivados (as) a contagiar ese amor a los (las) estudiantes, y a las personas que los (las) rodean. A su vez, se constituyó un espacio de crecimiento en la confianza mutua, aprovechando el acompañamiento de los agentes de Pastoral desde los grupos que estaban asignados. Toda una experiencia de crecimiento personal y comunitario, de revisar la vida y reanimar las fuerzas para continuar en esta misión educativa que pertenece a Dios y que Él quiere hacer nuestra. Por: José Rafael Garrido S.J., y Juan Pablo Rodríguez.

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Capacitación en Legislación Educativa CSJB

El pasado 10 de Octubre dentro de la programación de la semana de receso estudiantil, se desarrolló un taller sobre la Ley 1620 de marzo de 2013 que reglamenta la Convivencia Escolar. Estuvo dirigido por la Doctora Luz Gladis Duque, Asesora Jurídica del Colegio en Legislación Educativa. La capacitación fue recibida por los Directivos de las áreas funcionales, Docentes, y Administrativos. En dicho taller, se generó un espacio de formación que permitió la reflexión acerca de los diferentes casos expuestos por los asistentes y que pueden afectar la convivencia escolar. Fue un valioso aporte que además generó la inquietud de programar otra jornada que permitiera continuar profundizando en el tema. Por: Adriana González Franco.

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Acto de Reconocimientos Académicos

El día viernes 18 de octubre, se realizó en la Capilla Nuestra Señora del Camino,  un acto en el cual se buscaba hacer un reconocimiento a la excelencia de aquellos (as) estudiantes destacados (as) a nivel académico, durante el primer período del año escolar 2013 – 2014. El P. Carlos Alberto Cardona S.J., Director Académico de nuestra Institución, dirigió unas palabras a los y las estudiantes presentes en el acto, desde 4° a 11° grado, con el objetivo de motivarlos a seguir en la búsqueda de la excelencia teniendo en cuenta características fundamentales como la disciplina y la constancia. Seguidamente, se hizo entrega de un diploma en el cual se reconoció a los y las estudiantes que obtuvieron un desempeño superior en el consolidado de todas sus asignaturas. En total, fueron 11 estudiantes de bachillerato y 9 estudiantes de Primaria quienes recibieron este reconocimiento. Los y las estudiantes que se han destacado por su participación en actividades extracurriculares intercolegiales también tuvieron la oportunidad de recibir un reconocimiento por parte de sus compañeros. Durante el primer período académico, 42 estudiantes de 6° a 11° grado participaron en actividades como Congreso de Filosofía, Olimpiadas Matemáticas y Modelos de Organizaciones Internacionales. La presentación cultural del acto estuvo a cargo de los estudiantes Gabriel Martínez de Noveno grado y Nicolás Hernández de cuarto grado, quienes participaron por medio del canto y la declamación de un poema. Posteriormente, el Director Académico entregó el botón bañado en oro con el escudo del Colegio San José a Catalina Navarro de Sexto grado, y a Nicolás Hernández de Cuarto grado, quienes obtuvieron los mejores resultados académicos en el primer período en la sección de Bachillerato y en Primaria. Ambos estudiantes tuvieron la oportunidad de dirigir unas palabras de agradecimiento a los asistentes, en donde resaltaban el apoyo de Dios, de sus familias, de los docentes de la institución, y de sus compañeros (as). Por: Martha Delgado  

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XXIV Encuentro Nacional de Escuelas de Padres

En los días 18, 19 y 20 de octubre, se llevó a cabo en la ciudad de Cali, el XXIV Encuentro Nacional de Escuelas de Padres. Evento, al cual asistieron el P. Enrique Gutiérrez T, S.J., Delegado del Padre Provincial y Presidente de ACODESI; Juan Camilo Jaramillo, Presidente de la Federación de Asofamilias Jesuitas; Los Rectores de los colegios de Cali, Bucaramanga, Medellín, y el P. Gabriel Jaime Pérez, S.J., Rector del Colegio San José de Barranquilla. Así mismo, estuvieron presentes los Presidentes y Coordinadores de las Escuelas de Padres de las nueve Asociaciones de los colegios de la Compañía de Jesús; Asopadres Santa Luisa, Asobartolina, Asomayor Bogotá, Asogonzaga Manizales, Asoignaciana Medellín, Asojaveriana Pasto, Asoclaveriana Bucaramanga, Asoberchmans Cali y Asofamilia San José Barranquilla. El encuentro se destacó por una activa participación de las diferentes delegaciones en cada uno de los temas establecidos en el programa. El equipo de trabajo de la Asociación de Padres y Madres del colegio Berchmans “Asoberchmans” fueron en esta ocasión los anfitriones del evento, y se destacaron por su especial  acogida y organización. Uno de los  objetivos del encuentro fue la importancia de las Escuelas de Padres en nuestras instituciones educativas, así como los diferentes desafíos de la familia del siglo XXI. También se realizó la presentación de la tercera edición del libro Hacia una Familia Integral por parte de su autor Gustavo Adolfo Ramírez, el libro contiene elementos teóricos y prácticos que permiten acompañar el proceso de formación de los hijos (as) según la propuesta educativa de la Compañía de Jesús. Posteriormente, la Jornada finalizó con los respectivos acuerdos y una emotiva despedida de las delegaciones, quienes se comprometieron a seguir trabajando desde las asociaciones por y para todas las familias de los colegios. Por: Ana Sofía Mosquera

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Pruebas SABER de 3° y 5°

Con el objetivo de mejorar la calidad de la educación de nuestros estudiantes, el pasado 23 de Octubre, se llevaron a cabo las pruebas SABER, en los grados 3°A, 3°B, 3°C, 5°A y 5°B.  Los resultados que arrojen dichas pruebas, incidirán  en   el análisis de  los procesos de enseñanza- aprendizaje. Lo cual, permitirá   identificar  los conocimientos, habilidades  y   valores  que  los  estudiantes han adquirido o desarrollado durante su proceso escolar.  Las pruebas se llevaron a cabo  bajo la coordinación general de la profesora Morelia Loaiza, Coordinación de la Sección Primaria, del profesor Victor Calderón y la orientación  en cada una de las aulas de clases por los acompañantes de cada grado.  Por: Karen Matallana

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XI Festival de Natación del CSJB

En el marco de la Copa San José que se está llevando a cabo desde el 18 de octubre hasta el 1 de noviembre, y con la organización y apoyo del H. José Alirio Aguíar S.J., de los profesores de educación física, y de Xiomara Manjarres, y Mariela Rocha, se dio inicio al  XI  Festival de Natación – II Torneo de piscina corta. En dicho Festival contamos con la participación de distintos colegios de Barranquilla; Liceo Cervantes, San Francisco,  Hebreo Unión y el Biffi la Salle. Por la Guajira el colegio Albania y los Clubes invitados; La Academia, Los Delfines, Acuario, y el Club Escualos de  Santa Marta. Desde el año 2007 se viene realizando este evento en  nuestro Colegio, tomando cada vez más fuerza a nivel nacional y con la participación de los mejores nadadores de Colombia. La fiesta de la natación del CSJB se vivió en cuatro jornadas: ·   Festival de novatos – viernes 18 de octubre de 8:00a.m. A 12:00p.m. ·   Torneo primera jornada – viernes 18 de octubre de 3:00p.m. A 6:00p.m. ·   Torneo segunda jornada – sábado 19 de octubre de 8:00a.m. A 12:00a.m. ·   Torneo tercera jornada – sábado 19 de octubre de 3:00am A 6:00pm. En esta oportunidad, todos los niños y las niñas participantes estuvieron felices con su premiación. Los nadadores del Colegio San José se destacaron obteniendo medallas en cada una de las 6 pruebas asignadas. La premiación se logró de la siguiente manera: 1. Club deportivo Acuario 2. Club la Academia 3. Club Delfines del Atlántico 4. Colegio San Francisco 5. Comfamiliar del Atlántico 6. Colegio San José 7. Universidad del Atlántico Por: Lesvia Navarro

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El Mensaje del Domingo – 27 de octubre

XXX Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J.                               En aquel tiempo, a propósito de algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí  mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:  «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.”  El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.” Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» (Lucas 18, 9-14). 1.Dos actitudes contrapuestas: la arrogancia del fariseo y la humildad del publicano En la parábola del Evangelio nos presenta Jesús dos actitudes contrapuestas. Para la secta religiosa de los fariseos (término proveniente del hebreo que significa separados, segregados e incontaminados) lo que justificaba o hacía válida la conducta humana ante Dios era no sólo el cumplimento de sus mandamientos, sino la práctica de unos ritos externos, por la cual ellos se creían justos y santos, despreciando a los publicanos o recaudadores públicos del tributo impuesto por el imperio romano, que además de colaborar con el dominio extranjero solían obtener ganancias en forma deshonesta. La pretendida acción de gracias del fariseo es falsa, porque se atribuye a sí mismo todo el mérito de su conducta. Su arrogancia implica el desprecio de “los demás”, a quienes desprecia y descalifica. El publicano, en cambio, quedándose atrás, postrado y con su cabeza inclinada,  reconoce su propia condición realizando un acto de contrición sincero y humilde que es un ejemplo de oración para todos los tiempos: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.” La conclusión de la parábola del fariseo y el publicano es contundente: no son quienes exhiben orgullosamente sus méritos, sino los que reconocen humildemente su necesidad de salvación, quienes resultan justificados, o sea reconocidos y aceptados por Dios. Es la misma idea de la primera lectura, tomada del Eclesiástico (35, 15b-17.20-22a) -también llamado Sirácida por ser su autor Yoshua Ben Sirac-, y escrito hacia el año 190 A.C.:“la oración del humilde atraviesa las nubes”: y del Salmo 33 en uno de sus versos: “El Señor… levanta a las almas abatidas”. Y por eso mismo Albert Einstein, uno de los más grandes científicos del siglo XX, escribió esta frase memorable que expresa en qué consiste la verdadera grandeza del ser humano: “El hombre sólo es grande cuando está de rodillas ante Dios”. 2. Toda oración verdadera y válida supone una actitud humilde Existen distintas modalidades de oración según el contenido de lo que expresamos: – la oración de alabanza y agradecimiento a Dios como creador, salvador y santificador; – la oración de ofrecimiento a Dios de lo que somos y tenemos; – la oración de petición por uno mismo o por otras personas; – la oración de arrepentimiento por los pecados con una actitud de conversión a Dios. Todas estas modalidades fueron empleadas por Jesús -incluso la de arrepentimiento, no por pecados propios porque en Él no hubo pecado, pero sí por los de la humanidad, de la cual quiso Él como Hijo de Dios hacer parte, siendo verdadero hombre y cargando sobre sí el pecado del mundo-. Él mismo les enseñó a sus discípulos a orar de distintas maneras. Sin embargo, todas ellas requieren de una actitud sin la cual ninguna oración es válida ante Dios: la actitud humilde de quien se reconoce necesitado de salvación. María santísima, en quien tampoco hubo pecado, alaba a Dios en su canto conocido como el Magníficat y consignado en otro lugar por el mismo autor del Evangelio de hoy, porque derriba de sus tronos a los poderosos y enaltece a los humildes (Lucas 1, 52).  Es en otras palabras lo mismo que dice Jesús al final de la parábola del fariseo y el publicano: “todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” 3. Reconocer con humildad nuestra debilidad humana y la misericordia de Dios En la liturgia eucarística hay varios momentos en los que pedimos perdón: – Al comenzar, decimos el Yo confieso u otras fórmulas penitenciales seguidas por la invocación Señor ten piedad. – Después, el himno que empieza con la frase Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor, conjuga la alabanza con la súplica de misericordia: Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. – Y finalmente el Padre nuestro, el Cordero de Dios y el Señor yo no soy digno son asimismo oraciones que expresan el reconocimiento de nuestra necesidad de la misericordia divina, no por sentimientos enfermizos de culpa que llevan a la autodestrucción, sino por la aceptación de nuestra necesidad de ser salvados por Dios. En la segunda lectura, el apóstol Pablo, que había sido fariseo antes de su conversión, le expresa a su amigo y discípulo Timoteo (2 Tm 4, 6-8.16-18) la satisfacción que él siente por el deber cumplido en el desempeño de su misión y la esperanza en el premio que Dios le tiene preparado. Pero no con la jactancia arrogante del soberbio, sino con la humildad de quien reconoce que ha realizado las tareas encomendadas no exclusivamente por sus propias fuerzas, sino gracias a la misericordia y al poder del amor de Dios: el Señor me ayudó y me dio fuerzas; me libró, seguirá librándome de todo mal y me salvará. Dispongamos nosotros nuestras mentes y nuestros corazones para orar y proceder siempre con una actitud humilde, reconociendo al mismo tiempo nuestra condición humana de pecadores necesitados de la gracia y de la misericordia de Dios.-

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YOGA durante la Semana de Receso Estudiantil

En la semana de receso estudiantil, los días 7 y 8 de octubre, los profesores del Colegio San José exploraron la técnica del YOGA, la cual se sustenta  en experiencias  que reúnen diversas prácticas físicas, espirituales y meditativas, con el fin, de disminuir el estrés, favorecer la concentración, la capacidad de razonamiento y fomentar  la armonía  interior que muchas veces nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos y con quienes nos rodean. La clase estuvo a cargo del Yogui Leonardo Barrios y fue todo un éxito. Por. Karen Matallana F.

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El Mensaje del Domingo – 20 de octubre

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario – Ciclo C Por: Gabriel Jaime Pérez, S.J.        En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: – «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban las personas. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan las personas, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara”». Y el Señor añadió: – «Fíjense en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» (Lucas 18, 1-8). La parábola que nos propone Jesús en el Evangelio de hoy (Lucas 18, 1-8) contiene varios elementos significativos. Reflexionemos sobre ellos, teniendo en cuenta también las demás lecturas de la liturgia eucarística de este domingo: Éxodo 17, 8-13; Salmo 121 (120); 2 Timoteo 3, 14 – 4,2. 1. El clamor de los pobres y oprimidos exige nuestra acción solidaria Cuando Jesús dice que, si el juez injusto atiende la petición de la viuda para quitarse de encima su insistencia, con mayor razón Dios Padre “hará justicia a sus elegidos que claman día y noche”, está evocando la imagen del abogado defensor -en hebreo goel-, que los profetas bíblicos habían empleado para referirse a Dios como protector compasivo de las víctimas de la injusticia. La petición de la viuda –“hazme justicia frente a mi adversario”-, es el clamor que hoy elevan millones de personas privadas del reconocimiento de su dignidad y sus derechos. Es un clamor ante el cual Dios parece hacerse el sordo, tanto en la antigüedad como en los tiempos actuales. Ante esta aparente indiferencia de Dios, a quien en el Credo llamamos “todopoderoso”, la tentación es echarle la culpa a Él y dudar de su poder. Pero la inequidad de un sistema social en el que unos pocos acumulan riquezas explotando a los demás y dejándolos en la miseria, es una realidad que Dios no quiere, que se opone a su voluntad. En otras palabras: Dios no es el culpable de la pobreza que aflige a tantos hombres y mujeres; somos los seres humanos quienes a lo largo de la historia hemos venido estableciendo y manteniendo estructuras de injusticia social, que constituyen la primera de todas las formas de la violencia. En medio de esta situación, el Evangelio nos exige a todos una acción decidida para contribuir, en cuanto podamos, al establecimiento de condiciones que hagan posible la justicia social para todos. 2. La fe verdadera implica orar y actuar sin desanimarnos Jesús propuso la parábola del juez y la viuda “para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse”. Esto se relaciona directamente con la pregunta final: “cuando venga el Hijo de Hombre, ¿encontrará todavía fe en la tierra?” La fe verdadera implica no dejarnos vencer por el pesimismo, sino seguir orando y actuando sin desesperarnos. Orando y actuando, porque el sentido auténtico de la oración no es el de un conjuro mágico que resolverá nuestros problemas sin esfuerzo de nuestra parte, sino el de una disposición constante a buscar activamente las soluciones. La unión de oración y acción que implica la fe en Dios, aparece representada en la primera lectura (Éxodo 17, 8-13). Mientras Moisés se mantiene orando con las manos en alto, los israelitas ganan la batalla. Hoy podemos aplicar esta imagen a las personas entregadas a Dios en la vida llamada “contemplativa”, quienes oran para que la acción apostólica de muchas otras logre el fruto esperado. La energía orante hace posible la acción eficaz también cuando nosotros unimos la oración al empeño activo, sin desanimarnos ante la aparente inutilidad de nuestros clamores y esfuerzos. Esto supone una disposición de fe confiada en Dios, que está con nosotros aunque a veces parezca ocultarse. Porque, como dice el Salmo, “el auxilio me viene del Señor…”. Tenemos muchos ejemplos de personas que se han destacado por su oración: el propio Jesús, que se retiraba diariamente a conversar con Dios Padre, como nos lo muestran los Evangelios; María, su santísima madre, de quien el libro de los Hechos de los Apóstoles nos cuenta que permanecía en oración junto con los discípulos de Jesús antes del acontecimiento de Pentecostés; y muchas otras personas, santas y santos -conocidos o no- que dieron testimonio de oración constante. 3. La Palabra de Dios nos da sabiduría para orar y actuar con fe y esperanza En la segunda lectura (2 Timoteo 3, 14 – 4,2), el apóstol San Pablo le dice a su discípulo Timoteo: “la Sagrada Escritura (…) puede darte la sabiduría que por la fe en Cristo Jesús conduce a la salvación”. Efectivamente, en ella encontramos la invitación a orar y actuar sin desfallecer, con una fe inquebrantable en Dios, a quien Jesús nos enseñó a dirigirnos llamándolo Padre nuestro y confiando en que el Paráclito -término que en el griego del Nuevo Testamento significa abogado defensor y se aplica al Espíritu Santo- hará posible la realización de nuestras peticiones según lo que más nos convenga para nuestra felicidad eterna. Al celebrar la Eucaristía, acción de gracias a Dios por el don maravilloso de su Hijo Jesucristo, la Palabra de Dios encarnada, que murió en la cruz y resucitó para darnos una vida nueva, por su mediación redentora pidámosle a Dios Padre que nos dé la energía del Espíritu Santo. Ella nos hace posible el optimismo aun en medio de las situaciones difíciles de nuestra vida, y nunca perder la esperanza en un futuro mejor, uniendo constantemente la acción decidida a la oración confiada en el amor de Dios.-

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